jueves, 12 de septiembre de 2019

El Contraste y el desarrollo :: Contrast and development

Hay algo tan básico en el contraste que muchas veces obviamos su importancia en el desarrollo sensorial.  El contraste es la forma que que nuestros sentidos conocen el mundo.  Es a través del contraste que identificamos los sabores, lo que ve, los olores, texturas, y sonidos del mundo.  Reconocemos la luz por lo que no es luz, lo dulce por lo que no es dulce, el sonido por el silencio, etc... Es tan básico que nos olvidamos de aquello que nos despierta nuestras percepciones sensoriales.  Es ampliamente reconocido que para desarrollar su agudeza visual, los bebés requieren el contraste visual.

Este mismo concepto es lo que artistas visuales, de expresión corporal y músicos usan para activar, cautivar y encantar nuestros sentidos.  En la medida que nuestros sentidos se despiertan y se ejercen, nos hacemos más y más sensibles a la sutileza en un proceso de maduración del organismo, del yo. Esto es parte del desarrollo estético, del despertar de la capacidad de sentir y discernir—lo opuesto a la anestesia.

En la clase, en el trabajo de dos o más, exploramos la empatía que se desarrolla a través de mover en espejo del otro, y aparte vemos la sutileza despierta sensibilidad del contraste que pide la individuación y que nutre el observador-espectador-testigo con el deleite de la diferencia.  A través del ejercicio de observación estética los espectadores/testigos tienen una oportunidad única de desarrollar su sensibilidad.

El desarrollo humano puede seguir toda la vida, pero para la mayoría de la gente queda trunco, suspendido  en el recuerdo cuando la sociedad, la familia, las normas, el estrés y las traumas nos piden abandonar nuestra energía vital y espontaneidad lúdica.  Las artes expresivas nos invitan a recuperar esa vitalidad, curiosidad, y apertura al juego.





There is something so basic to contrast that we often overlook its developmental importance for the senses. Contrast is how our senses know the world, it is through contrast that we identify the tastes, sights, smells, textures and sounds of the world.  We know light by that which is not light, sweet by that which is not sweet, sound by silence, and so on... It is so basic we forget that it is the very thing that awakens our sense perceptions.  It is a known developmental fact that babies require visual contrast to develop their visual accuity.

This same concept is what visual, sound, movement artists and chef's play with to delight our senses, to enchant captivate and activate our senses. As our senses awaken and are exercised we become more and more sensitive to subtlety in a process of maturation of our organism, of our self.  This is part of aesthetic development, the awakening of feeling and sensing— the opposite of anaesthesia.

In class, in partnering work we explore the empathy developed by mirroring as well as the alert, sensitive, but individuated, subtlety of contrast that nourishes the observer-witness-audience with the delight of difference.  Through the exercise of aesthetic witnessing the audience has a unique opportunity to develop their sensitivity-sensibility.

Human development can continue and be rich life-long, but for the majority of people it is truncated, suspended in memory when society, family, norms, stress and trauma ask that we abandon our vital energy and spontaneous spirit of play. The expressive arts invite us to recover that vitality, curiosity and openess to play.




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